martes, 21 de abril de 2015

DE LA VIÑA EL VINO

Lejos y cerca de la viña el vino, 
nervadura de bálsamo y de trueno, 
hijo de tierra el cielo no es ajeno 
a su beso de ángel peregrino.
Con racimos de sol se ha madurado 
y ha sostenido en tiempo de toneles 
sueños de manos que se hicieron fieles 
al rojo azar de haberse enamorado.
Como el amor su boca nos demora 
y nos depara un bosque en cada hora 
y un paraíso que no ha sido escrito.
Pétalo su cristal, roja su huella, 
nadie ha tocado el fondo de su estrella 
sin rodar en su vértigo infinito.

María Cristina Ramos. 
Neuquén, 14 de septiembre de 1993.


viernes, 27 de marzo de 2015

DESIERTO DE MAR


El hombre del faro
cuenta que lo vio;
cresta de horizonte
en la cerrazón.
Era un barco enorme
pero no era nada,
luz que desvanece,
error de mirada.
Alto en el oleaje,
bullicio en cubierta,
mascarón lejano
de brumas inciertas.
Dice que asomaba
su proa dudosa,
encendía luces,
lenta nebulosa.
Y después cesaba
solo de alumbrar,
oleaje en silencio,
siniestro grisal.
El hombre del faro
domaba sus dudas,
enviaba sus luces
como quien saluda.
La distancia entonces
traía tañidos
de extrañas campanas
de barcos hundidos.
Y después cesaba
todo de sonar,
y el paisaje era
desierto de mar.
Barcos que aparecen
sueltan a volar
preguntas que el mundo
prefiere olvidar.
No hay barcos fantasmas
en ningún lugar...
(Lo dicen los hombres,
no lo dice el mar).
María Cristina Ramos



miércoles, 25 de marzo de 2015

Cuente qué soñaba usted

Francisco Solar se duerme
en su taza de café; 
una taza que no es grande, 
por eso cuelgan sus pies.
Tiene dibujos dorados 
porque una vez fue de un rey 
y una sola golondrina 
en un cielo azulcelés.

Jilguera que lo despierta
trino más trino que es
un acorde de estridencia
y otro acorde de mudez.
-Francisco Solar Madriga,
cuente qué soñaba usted.
-Arropado en fresca noche
lo que soñaba no sé, 
pero tengo en las pestañas 
una gotita que es
de una fuente de agua extraña 
que yo nunca visité.

Francisco Solar Madriga
cuenta sus dedos: son diez, 
y luego cuenta las nubes: 
si son trece va a llover.
Se prueba cuatro zapatos
y un sobretodo -que es
tan elegante que dicen
que alguna vez fue de un rey-
y sale a andar los caminos
que tiende el amanecer.
Tres colibríes secretos
luego vienen a beber
en las huellas pequeñitas
que van dejando sus pies.

María Cristina Ramos

 www.mundoanimalia.com

lunes, 23 de marzo de 2015

El sombrero

A mitad de enero
me compré un sombrero
sombrero con cinta
de flores de tinta
me asombro a su sombra
todo el año entero
me entero del nombre
de los cuatro vientos
vuelo por los mares
de lejos lugares
nado por los cielos
me alumbro de vuelo
me pongo la brisa
fresquita camisa
subo por los sueños
bajo por la risa
me escondo en la luna
panza de aceituna
me miro en los cuentos
panzas de contento
saludo a las ranas
todas las semanas
saludo a los sapos
pañuelo de harapos
saludo a los peces
pocas pocas veces
y vuelvo del viaje
lleno de paisajes
con este sombrero
solar y viajero
que me trajo enero.

María Cristina Ramos



viernes, 20 de marzo de 2015

ÁNGEL MORENO

Estaba el ángel del sueño
impedido de volar;
todos los ojos del mundo
abiertos de par en par.
Estaba el ángel moreno
queriendo coser con chala
la rotura que tenía
en las nacientes del ala.
Pero no veía
para bien coser,
alas a la espalda
no se dejan ver.
Estaba el ángel girando
lleno de buena intención,
con una aguja enhebrada
mareado y sin solución.
Un murcielaguito,
que lo vio girar,
en vuelo rasante
vino a preguntar.
El ángel le dio la aguja
con hilo de remendar
y en cuatro o cinco puntadas
el ala pudo volar.
El ángel del sueño
se voló a su nido;
el murcielaguito
se quedó dormido.

María Cristina Ramos
Rondas del agua
Nostra Ediciones, México.

miércoles, 18 de marzo de 2015

RESPLANDOR

Un loro perdió una pluma
verde de verde crisol,
de un costado se ve sombra
y del otro resplandor.
Cuando en zigzag se caía,
el limonero la vio
y pensó que era una hoja
suelta del árbol del sol.
Cuando se posó en la arena
el viento se la llevó,
como se lleva la arena
los minutos del reloj,
como se llevan los trenes
el ruido de la estación,
donde está sentado el hombre
que ayer tarde me contó
que un loro perdió una pluma
verde de verde crisol.

María Cristina Ramos Guzmán
Tomado de La luna lleva un silencio
Anaya - Aique





lunes, 17 de noviembre de 2014

NOTEOLVIDO DE LA LLUVIA

La lluvia teje un pañuelo
con hilos de anochecer;
salgo a esperarte y me digo:
si escampa te vuelvo a ver.

Pero llueve en gotas largas
y no deja de llover.
Si escampa que yo te vea,
y si no escampa, también.

María Cristina Ramos
El mar de volverte a ver
Editorial Quipu, 2014

Foto: NOTEOLVIDO DE LA LLUVIA

La lluvia teje un pañuelo
con hilos de anochecer;
salgo a esperarte y me digo:
si escampa te vuelvo a ver.

Pero llueve en gotas largas
y no deja de llover.
Si escampa que yo te vea,
y si no escampa, también.

María Cristina Ramos
El mar de volverte a ver
Editorial Quipu, 2014